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Sunday, July 6, 2014

EL ANILLO TRES MACIZOS (PICOS DE EUROPA - ESPAÑA)

El año pasado hicimos con Pedro Balmaseda y Raul Esteban, ambos del Club de Montaña Mendi-Alai de Vitoria/Gasteiz, mi segundo club, la preciosa "Senda de Camille" en el pirineo aragonés y francés (véase el reportaje en éste Blog). Éste año queríamos repetir la experiencia, buscando un nuevo desafío. Pedro y Raul investigaron y propusieron "El Anillo Tres Macizos" en Picos de Europa. Pronto me mandaron la propuesta en detalle con los tracks, distancias etc. Según la página web www.elanillodepicos.com existen tres modalidades del anillo: - Vindio: Vindio, la más liviana, con 4 etapas por el macizo occidental de dificultad media - Extrem: 7 etapas por el macizo occidental y central de dificultad alta - 3 Macizos: 9 etapas por los tres macizos (los anteriores además del occidental), de dificultad muy alta.
La propuesta consistía en realizar el Anillo Tres Macizos, pero aumentando distancias diarias y reduciendo tiempo a un total de 6 días en vez de 9. Yo nunca había hecho montañismo en Picos de Europa pero si conocía la zona, un espacio paradisiaco único en España por sus rocas espectaculares y colores intensos donde tres culturas tan dispares como la Asturiana, Leonesa y Cántabra se funden en una. Analizando los perfiles de los tracks, los grandes desniveles de todos los días llamaban poderosamente la atención, subiendo y bajando grandes distancias y un desnivel total acumulado un poco confuso por los diferentes datos pero que se prometía entre 6 y 7.000 m.
Con lo que disfruté mi primer gran recorrido por la montaña del año pasado, una vez conseguido el permiso de vacaciones me apunté de cabeza. Lamentablemente Raul se tuvo que borrar, así que el domingo 22 de Junio 2014 salí desde La Rioja dirección Vitoria/Gasteiz para recoger a Pedro. Comprobados los mapas y los tracks en los GPS emprendimos camino hacia Asturias. El tiempo prometía ser bueno, aunque con posibilidad de tormentas. Antes de llegar a Poncebos, donde Pedro había reservado en el hotel Arcea Mirador de Cabrales, paramos en Arenas de Cabrales para tomar unas sidrinas y una buena ración de queso Cabrales para aclimatizarnos a la zona. Tras una vueltecita para ver el pueblo elegimos un restaurante para comer una buena fabada y unos escalopines al Cabrales, con una tarta de queso casera y deliciosa por cierto para terminar. Con tranquilidad nos dirigimos al hotel para instalarnos y aprovechamos la tarde para echar una cabezadita y dar un paseo ligero subiendo por una senda hasta la aldea de Camarmeña. Una vez dado la vuelta cenamos unos huevos fritos con bacon y Pedro pollo con ensalada en la terraza del restaurante la Garganta del Cares con un Gin-Tonic durante la sobremesa para ir pronto a la cama ya que la semana iba a ser larga y dura e iba a servirme como buena terapia para tratar de digerir el fallecimiento de mi más querido amigo Ángel, que fue como un hermano para mi, hace dos semanas.
Día 1: ETAPA PONCEBOS (O) 166 m. - REFUGIO VEGARREDONDA REMIS (O) 1.460 m. Distancia 32,04 km, tiempo 10,23 h, desnivel acumulado 1.694,33 m. Tras un buen desayuno en el hotel cargamos las mochilas a las espaldas (Ufff...) y nos pusimos en marcha empezando la semana con la ruta del río Cares. La fama que goza esta senda no es para nada desmerecida, con un paseo largo pero relajado prácticamente sin desnivel por unas zonas picadas en las rocas al lado del canal de agua gozamos rodeados de alta montaña de las vistas sobre el río y las cataratas que salían desde sus afluentes.
Durante la cena de la noche anterior, vimos un mastín bastante tranquilo con un impresionante collar con unos clavos de unos 3 cm. en la terraza. A los pocos kilómetros, le volvimos a ver acompañando a dos montañeros andaluces. Una vez que los pasamos, el perro aceleró y se juntó a nosotros. Nos imaginamos que éste huésped nos dejaría pronto para volver a casa, pensando que cuando empezasemos la fuerte subida del Canal de Trea daría la vuelta.
Lo que habíamos visto en el perfil, resultó ser cierto. En 6 kilómetros y medio nos chupamos un desnivel de 1.400 m. que resultó ser uno de los más duros que había hecho jamás. El mastín nos siguió de modo fiel, y nos hicimos buenos amigos hasta que llegamos al refugio Vega de Ario, donde Pedro me estaba esperando con una cerveza bien fresca y donde me encontré al perro tumbado en la vaguada, donde ya no se movía más contando con la gentileza de los guardas del refugio para una pensión completa.
Tras un breve descanso seguimos nuestra marcha acelerando un poco dado que el cielo se estaba cerrando y se preveía mal tiempo. En general las tormentas suelen empezar a partir de las 4 y se estaba acercando esa hora. El GPS funcionaba muy mal a causa de muy pocos satélites disponibles en la zona y había que estar muy pendiente; perdimos mucho tiempo para orientarnos. Sin querer nos desviamos de la senda ortodoxa y bajamos una buena distancia por un valle equivocado, en vez de haber seguido por el cresterio de varios montes para llegar al refugio. Rodeados de montaña empezó a jarrear con relámpagos y truenos con un ruido impresionante. De la mejor manera conseguimos volver a encontrar nuestro rumbo, no sin esfuerzo, y finalmente llegamos sobre las 18.30 pm al refugio de Vegarredonda donde había un gran grupo de gallegos.
Tras colgar la ropa mojada y habernos instalado en las literas nos pusieron la cena, como siempre un manjar cuando uno ha hecho semejante esfuerzo sin haber comido en condiciones. Hoy tocaba primero un caldo, que repetimos dos veces, y luego un cocido montañés completo con todos sus sacramentos y un bizcocho de chocolate de postre. Siguiendo nuestra costumbre riojana por supuesto acompañado de una botella de buen tinto, ésta vez de Uruñuela (La Rioja). Fuimos los primeros en meternos en la cama, los gallegos habían ido a por leña y prepararon una buena hoguera para celebrar San Juan. A las 22.30 pm todo el mundo estaba en la cama y ya no se oían más que ronquidos. Yo estaba tan cansado del esfuerzo que me costó pillar el sueño. Sobre las 23.00 se hizo de noche.
Día 2: ETAPA VEGARREDONDA REMIS (O) 1.460 m. - VEGABAÑO (LE)1.327 m. Distancia 19,50 km, tiempo 7,29 h, desnivel acumulado 926,76 m. Nos levantamos los primeros y a las 8.00 am, desayunados, estabamos en camino de nuevo pasando por los pastizales entre las montañas llenas de vacas remontando la yampa cimera durante los primeros 3 kms. realizando prácticamente todo el desnivel del día desde 1.540 hasta 2.150 m. Antes de alcanzar esa altura empezamos a pasar por montones de palas de nieve. No habíamos llevado ni crampones ni piolet, no necesarios según se había informado Pedro. Afortunadamente la nieve era suave y fácilmente transitable sin demasiado peligro pero exigiendo una gran concentración. El bonito paisaje de ayer con su verdor, ríos y cataratas se había transformado en otro lunar, completamente distinto. Pasando por el jou de Pozas atravesamos varios pedreros y los rebecos nos observaban con curiosidad desde las cimas de los montes grises y redondeados. Al final de una pala de nieve, justo antes de poner pie en la roca, la parte inferior deshelada produjo que la nieve se rompiera con la consiguiente caída de metro y medio hacia abajo, pegándome con el abductor izquierdo en una roca y haciéndome una buena herida en la palma de la mano, (que me ha dado por saco el resto de la semana), rompiéndose el bastón.
Desde que me inicié en la montaña me he acostumbrado a andar con los dos bastones, que me alivian mi espalda (tuve hernia discal) y peso subiendo, dándome mayor seguridad en las subidas y bajadas, así que tener que ir con uno durante lo que nos quedaba era "1 palo".
La etapa de hoy era, en comparación con ayer, mucho más corta y a los 14 km. tras haber pasado por Vega Huerta, donde paramos por última vez para llenar las bolsas de agua y comer algo ligero llegamos al Collado del Burro, donde comenzamos a bajar, descendiendo y atravesando los bonitos hayedos siguiendo el río Dobra, tropezándonos con el Roblón de Cuesta Fría, tras lo cual enseguida alcanzamos el refugio de Vegabaño.
Compartimos el cuarto con dos austriacos simpáticos de Salzburgo con los que más tarde cenamos. Teníamos bastante ropa sucia y mojada así que aprovechamos la tarde para lavar la ropa. A las ocho cenamos, primero un potaje de verduras y después unas croquetas de patata y lomo en salsa con huevos fritos, con una manzana de postre. Los austriacos también era gente de buenas costumbres así que entre los cuatro nos bailamos dos botellitas de Rivera y un chupito de orujo antes de dormir. La guarda del refugio tuvo la gentileza de regalarme un bastón, lo que me salvo el resto de la semana.
Día 3: VEGABAÑO (LE) 1.327 m. - COLLADO JERMOSO LE) 2.067 m. Distancia 19,67 km, tiempo 7,58 h, desnivel acumulado 1.188,67 m. Tres pastillas de Ibuprofeno habían conseguido un milagro y mi dolor en el abductor prácticamente había desaparecido. Aunque ésta etapa en teoría no era muy larga, si que impresiona su desnivel ya que desde el km. 13 se sube de 855 m. hasta 2.044 m. alcanzando el refugio de Jermoso.
Los primeros kilómetros eran muy bonitos y suaves, anduvimos relajados hasta que pasamos por una vaguada llena de vacas que de repente venían todas hacia nosotros. Tuvimos que salir por patas como pudimos. Seguimos nuestro camino pisando poca piedra y una vez salido del hayedo por pista entrando por primera vez en "territorio civilizado", atravesamos los bonitos y tranquilos pueblos leoneses de Soto de Valdeón, Posada de Valdeon, los Llanos y Cordiñanes llenos de casas antiguas y típicas de la zona con sus hórreos y paneras, gozando de las vistas espectaculares hacia todos los lados abandonando el macizo occidental y decididos para conquistar al macizo central.
En Cordiñanes abandonamos la carretera subiendo poco a poco hacia el Collado Jermoso, al principio por una zona de tierra que luego se convierte en rocosa con un tramo bastante aéreo en el que hay que andar con cuidado y concentración hasta atravesar el hayedo de Asotín y después el Berón cruzando la Riega de Asotín/Arroyo Congosto y continuamos subiendo poco a poco pero sin parar de modo no tan acusado como en la primera etapa pero con gran esfuerzo adentrándonos en las rocas con un tramo
durante el cual incluso hay que trepar una buena parte (con poco peligro) y donde aprovechamos para echar unos tragos de agua fresca. Superada esta zona tras el horizonte se escondía el objetivo del día, el refugio de Jermoso (Diego Mella), que se encuentra en una zona muy aislada y bonita donde el abastecimiento se realiza mediante helicóptero y mochila.
Dicho refugio es gerenciado por dos chavales jóvenes muy alegres y agradables lo cual influye su ambiente en general. Al llegar cumplimos con nuestro ritual diario bebiéndonos una cerveza fría, ésta vez de barril en jarra grande. Tuvimos la suerte de tener un cuarto para los dos solos en el que nos acomodamos rápidamente. Antes de cenar charlamos sobre nuestros planes del día siguiente con Marcos, un simpático joven santanderino. A las 19.30 pm apareció una colonia de jóvenes de Madrid, que habían subido en el teleférico y que llegaron bastante cansados al refugio. Supongo que por temas de presupuesto habían decidido de acampar en las afueras del refugio pero llegaron mal equipados, sin ropa adecuada etc. y había empezado a llover. Los guardas les dejaron dos tiendas de campaña y a las 8 entró la primera chica temblando de frío en el refugio. Escuchando a sus monitores no tenían ni idea de lo que es la Alta Montaña y no eran conscientes de su responsabilidad y las consecuencias que podía tener su aventura. Les esperaba una larga noche. Cuando estaba en la cama no dejaba de pensar en ellos; lo suyo es que hubiesen metido a todo el grupo como sea dentro del refugio. Los dos guardas resultaron ser unos artistas en la cocina y nos prepararon un auténtico banquete; primero una menestra de verduras repleta de tropiezos, unas alubias rojas y luego pastel de carne con queso de Valdeon con macedonia de postre. Un par de chupitos de orujo y a la piltra.
Día 4: COLLADO JERMOSO (LE) 2.067 m. - SOTRES (O) 1.015 m. Distancia 24,3 km, tiempo 8,26 h, desnivel acumulado 748,88 m Nuestros planes para éste día para alcanzar al refugio Caseton de Ándara fueron lamentablemente frustrados. La primera clave estaba en que no pudimos madrugar, no nos dieron de desayunar antes de las 07.30 am por lo que salimos a las 8 de la mañana. Es la única crítica a éste refugio; en mi opinión y máxime cuando teníamos una etapa prevista de casi 29 km para la cual se preveía fácilmente 12 h. de marcha, en días que a partir de las 16.00 pm el tiempo se convierte en una ruleta rusa, tendríamos que haber salido como más tarde a las 7 para reducir riesgos y no llegar demasiado tarde al destino.
Al haber demasiado nieve, los del refugio nos habían recomendado no pasar por Cabaña Verónica, así que optamos por una ruta alternativa por el sur de ésta, durante la cual nos encontramos con montones de rebecos y numerosas palas de nieve. Nuevamente tuvimos suerte con el tiempo, estaba nublado pero la temperatura oscilaba entre 10 y 16º, sin apenas frío ni viento.
Tras un buen rato pasando por una zona minera menos transitada pero muy bonita, llegamos a la vueltona donde empezaba a aparecer gente debido a la cercanía del teleférico. Nos pusimos los Gore y siguiendo la pista, bajamos poco a poco hasta pasar por la fuente Resalau, el Chalet del Rey Alfonso XII y el refugio de Aliva. Siguiendo la pista que divide al macizo central con el oriental, con rebaños de vacas por todos los lados, seguimos caminando encima del río Duje hasta que llegamos hasta Las Vegas del Toro, una aldea de cabañas del siglo pasado. Un poco más adelante nos paramos a comer algo y para cargar agua en la última fuente antes de adentrarnos en el canalon Jidiellu para ir subiendo hacia arriba dirección Ándara. Éste tramo esta muy mal marcado y en una pequeño bifurcación de sendas perdimos la buena metiéndonos en un berenjenal de rocas en el río, donde perdimos 3 cuartos de hora hasta volver a encontrar el rumbo. Eran las 16.00 pm y todavía nos quedaban unas 4 horas de caminata, el cielo se estaba cerrando con mala pinta y tomamos la decisión de volver a la pista para dormir en Sotres. Si supiéramos lo que nos íbamos a encontrar en el canalón, habríamos ido directamente dirección Sotres atacando al Casetón por el lado inverso, bajando por el tramo más complicado que nos llevaría al canalón al día siguiente. Ésta alternativa parece una buena recomendación para la organización del Anillo, ya que evita riesgos a última hora de la tarde y a una mala se puede parar a dormir en Sotres.
Lamentándonos nos dirigimos a Sotres donde nos alojamos en el Albergue, todo un lujo en comparación con los refugios, parecía una casa rural en toda regla pero con literas. Tras haber cancelado el refugio nos duchamos con agua caliente y fuimos al pueblo a tomar una cerveza. Hablamos con un señor del bar sobre nuestras heridas y un poco más tarde vino con un ramito de celedonia, de la que apretando se sacaba un líquido
desinfectante natural que resultó ser muy eficaz. Disfrutamos la cena en el mismo restaurante Peña Castil donde nos reencontramos con una pareja de americanos de Colorado con los que habíamos cenado en Jermoso. Pedro optó por unos espaguetis de primera y yo por una sopa de cocido, con ternera guisada con patatas fritas de segunda para ambos y un arroz con leche de postre para mi y Pedro una cuajada. Aprovechando el inesperado lujo nos tomamos un gin-tonic cada uno en el albergue.
Día 5: SOTRES (O) 1.015 m. - CASETÓN DE ÁNDARA (S) 1.725 m. - SOTRES (O) 1.015 m. - PONCEBOS (O) 166 m. Distancia 27,7 km, tiempo 7,51 h, desnivel acumulado 1.239,64 m Hablamos con el responsable del albergue y nos dejaron el desayuno preparado para calentarlo en el microondas así que nos levantamos a las 06.00 am y a las 7 menos cuarto ya estábamos en marcha, con un desnivel bastante menor que lo que estamos acostumbrados los últimos días, alcanzando el Casetón de Ándara en poco tiempo.
Éste refugio era bastante más primitivo que los que habíamos visto en Picos hasta ahora, el servicio estaba a 100 m. Nos tomamos algo y explicamos al guarda lo ocurrido el día anterior. La aventura en Jidiellu nos había trastornado el planning y en Sotres decidimos renunciar a la etapa hacia Vega de Urriellu y Jou de los Cabrones, dirigiéndonos, una vez abandonada la carretera, al Collado de Pandébano por una senda preciosa y verde tras la cual empezamos a bajar por otra senda no menos bonita hasta el pueblo de Bulnes, donde nos tomamos una cerveza con una buena ración de Cabrales en plan de despedida.
De esa manera llegamos no muy tarde a Poncebos, llegando a nuestros respectivos hogares antes de cenar y dejando el fin de semana para un merecido descanso.
La bajada por la senda desde Bulnes era nuevamente espectacular, muy bonita, y sobre las 15.00 pm llegamos a nuestro vehículo en Poncebos. Nada más arrancar empezó a llover. Fue el fin de una semana gloriosa e inolvidable.
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Sunday, July 14, 2013

LA SENDA DE CAMILLE

ACTIVAR MÚSICA:
Hace unos meses, mi primo Pedro Balmaseda me pasó el siguiente enlace: www.lasendadecamille.com para ver qué me parecía para hacerla durante la última semana de junio. Tratándose del mes de junio, por temas de trabajo no me pareció factible y no le hice mucho caso. Durante una de las salidas al monte con Mendi-Alai de Vitoria, me dijo que Raúl Esteban se había apuntado al evento. Volví a echarle otro vistazo a la web y me iba animando. Solicité dicha semana de vacaciones y para mi sorpresa mi empresa me la concedió, con lo cual le confirmé mi participación a Pedro.
Camille era el último oso pardo macho autóctono que se movía por el pirineo aragonés, francés y navarro, desaparecido en el 2010. La última hembra, Cannelle, murió en el año 2004 por los disparos de un cazador francés. Hace 6 años al arrendatario del refugio de Gabardito se le ocurrió la idea de organizar una ruta circular de 6 días por el pirineo aragónes y francés, con 6 refugios más o menos equidistantes, en cada cual se podía empezar y terminar la ruta. El sábado día 22 de junio quedamos Pedro Balmaseda, Raúl Esteban, ambos experimentados montañeros, muy buenos deportistas y compañeros del Club de Montaña Mendi-Alai de Vitoria y el que suscribe en el refugio de Lizara (HU) al final de la tarde. Una vez llegados nos instalamos en nuestra habitación y acudimos a la primera cena de la semana, una crema de verduras y pollo frito con patatas, no estaba mal. Para empezar nuestra aventura con buen pié, Pedro y yo nos tomamos un Gin-Tonic.
DÍA 1: ETAPA LIZARA - SOMPORT
Nos levantamos a las 07.00 AM. Tras un sencillo desayuno con un zumo, unas madalenas con mermelada y café con leche, nos colgamos las mochilas en la chepa. La mía pesaba, con toda la ropa y necesidades para varios días, 2 litros de agua, piolet y crampones unos 13 kg. Pensando en los 6 días que te quedan por delante, es un momento en que a todo el mundo le surge alguna maldición en el pensamiento, que se supera rápidamente emprendiendo el viaje. Los buenos consejos de Raúl para llevar la mochila correctamente aliviaron mi espalda y hombros.
El tiempo no era tan bueno como nos esperábamos; hacía bastante frío y el cielo estaba nublado. A las 8 y 12 minutos empezamos a andar. Al poco tiempo de empezar vimos el primer sarrio. Tras tan solamente 2 horas de subida prolongada, alcanzamos, mucho antes de lo esperado, el desnivel máximo del día a 2.117 m. en el puerto de Bernera. Media hora antes fuimos sorprendidos por un ruido tremendo que parecía truenos pero que resultaba ser un pequeño alud. A partir de ahí casi todo era bajar hasta llegar a nuestro primer destino, el albergue Aysa, a 100 m. de la frontera de Somport.
La gran cantidad de nieve presente en las partes altas era inusual por ésta época del año. El sonido de grandes cantidades de agua bajando por todas partes nos sonaba como música celestial que no ha dejado de acompañarnos durante toda la semana. Seguimos nuestra marcha y pasamos por el impresionante ibón de Estanés; qué pena que había tanta niebla para haber sacado unas bonitas fotos de ese lugar. Me encontraba muy bien, había hecho alguna subida fuerte con la mochila bien cargada durante las semanas previas y entre semana había salido a correr en varias ocasiones. Así que no preveía problemas para poder completar éste primer día, según el esquema de 17,4 km.
Un poco después pisamos por primera vez, sin darnos cuenta, tierra francesa. Vimos un mojón y Pedro, mirando al GPS, se dio cuenta que marcaba el límite de ambas fronteras. Por una buena senda nos adentramos en un precioso hayedo durante varios kilómetros, descendiendo hasta 1.578 m. hasta que llegamos al barranco de Aspe. Aquí nos esperaba una amarga sorpresa. Aproximadamente desde 1 km. antes escuchamos el ruido infernal de unas tremendas cataratas. Nos temíamos lo peor y así fue. La cantidad de agua que pasaba por nuestro camino era tal que era imposible cruzar éste obstáculo y seguir por el GR-11. Tras un cuarto de hora tirando grandes piedras al río para intentar construir un puente, que con la misma velocidad fueron arrastradas por la enorme corriente, tras consultar nuestros GPS y habiendo encontrado una ruta alternativa viable, nos decidimos a dar media vuelta. Esto significaba tener que retroceder unos 2 km. y bajar por el valle hasta 1.320 m. para luego volver a subir para llegar al albergue Aysa que se encuentra a 1.625 m. Los 17,4 km. se convirtieron en 23 km. y nos tuvimos que chupar 300 m. más de desnivel de propina. Así que al final llegué mucho más cansado de lo esperado. Sabía que los primeros dos días iban a ser los más duros. Ando todas las semanas por el monte, pero esa mochila de 13 kg...
Llegados al albergue nos dimos cuenta que aquí disponíamos de bastante más lujo que el que nos ibamos a encontrar luego en los refugios; baño individual con agua caliente, habitación para los 3 solos... Durante nuestras aventuras para cruzar el barranco nos habíamos manchado bastante; conscientes de las carencias previstas para los próximos días, tras habernos duchado, en vez de tumbarnos en la litera cogimos la pastilla de Chimbo que nos había traído Pedro y empezamos a lavar los pantalones llenos de barro y el resto de la ropa que estaba calada de sudor. El dueño del alberge nos había dicho que podíamos secar nuestra ropa en un cuarto en el sótano destinado para tal fin, y que él pondría el secador, asegurándonos que la mañana siguiente estaría seca. Nuestra segunda cena, tras el esfuerzo del día, nos supo a gloria. Una ensalada de pasta y filetes de ternera con patatas fritas con un mousse de limón de postre. En la mesa se nos juntaron Valentina, Maribel y Pau de Barcelona con los que entablamos rápidamente amistad. Pau no se encontraba bien y las chicas manifestaron que estaban un poco preocupadas, al no llevar crampones, por algunos tramos de los trayectos en la ruta. Pedro y yo nos tomamos un Gin-Tonic y las chicas una copita de pacharán antes de dormir.
DIA 2: ETAPA SOMPORT - ARLET (Francia) Hoy, antes de desayunar, bajamos a por nuestra ropa, que estaba todavía bastante mojada, así que tocaba salir con pantalones mojados. Me colgué lo que no se había secado en la mochila pareciendo un tendero. Nuevamente salimos un poco sobre las 08.00 AM y Valentina y Maribel nos acompañarían desde ese momento durante dos días. Nos despedimos del novio de Maribel con quién nos volveríamos a ver en Lescun.
Comenzamos el día de hoy con un trayecto de casi 18 kms. en el pirineo francés atravesando nuevamente un impresionante hayedo lleno de colores, cruzando las múltiples bajadas y arroyos de agua sin problemas. El tiempo había cambiado, hacía un sol espléndido y se agradecía la sombra del bosque. Poco a poco iban desapareciendo los árboles recuperando el desnivel perdido el día anterior para llegar a nuestro destino a 2.000 m. de altura. En el camino tuvimos que atravesar alguna pala con nieve, que estando blanda y que se superaba sin problemas. Durante una parada en el camino para recuperar fuerzas, Pedro Raúl y yo empezamos a comer nuestras barritas de cereales cuando Mb & Vª abrieron la chistera de la que salió tortilla de espinacas, fuet, lomo, orejones de albaricoque, avellanas etc. a la que tras su ofrecimiento nuestra modestia y humildad pudieron resistir apenas unos segundos.
El sol brillaba con mucha fuerza y con los reflejos en la nieve me iba impactando en la piel con mucha intensidad. Subiendo poco a poco de altura, disfrutamos de las impresionantes vistas sobre las escarpadas y nevadas montañas que nos rodeaban por todo el horizonte hasta que de repente veíamos el refugio de Arlet en el fondo.
Llegados al destino, exploramos el refugio más auténtico con mucha diferencia. Rodeados de nieve y montañas a 2.000 m. de altura donde las provisiones son transportadas en helicóptero, nos instalamos en la sala de arriba donde nos tocaba dormir en un espacio grande lleno de literas, hombro a hombro con el vecino, donde la palabra "lujo" había sido borrada del diccionario. Papel higiénico no había y para lavarnos teníamos que acudir a la fuente abajo al aire libre con agua "fresca" de unos 12º. Lavamos nuevamente la ropa esencial que pusimos a secar al sol en el suelo alrededor del refugio. Pudimos aprovechar el tiempo para descansar tomando el sol y Mb me hizo un masaje profesional de la espalda y hombros. Pedro, con la escusa de buscar cobertura hizo una pequeña excursión cercana subiendo a un monte enfrente, lo cual más tarde repitió por otro monte con Valentina y Maribel, quedándonos Raúl y yo en el refugio buscando la sombra. Afuera me puse a hablar con un grupo de alemanes que estaban haciendo el GR-11, conocida como la Senda Pirenaica, que comienza en el Mar Cantábrico atravesando el pirineo hasta llegar al Mar Mediterráneo. Llevaban 8 días de camino y nos informaron sobre el estado del trayecto del día siguiente, por donde ellos habían venido. Sus tremendas mochilas de 70 l. llamaban la atención, ¿cuántos kg. lleváis? pregunté a lo que me contestaron que habían llevado hasta 20 kg. pero que ayer en el camping habían facturado 6 kg. para casa, hartos de semejante lastre en la espalda.
La cena, tras la gran cantidad de calorías quemadas durante el día, resultó un auténtico festín. Primero un potaje de verduras con muchas especias, como a mi me gusta, luego una ensalada con lechuga fresca y semola muy sabrosa seguida por carne guisada con un mousse de chocolate de postre, por supuesto acompañado de varios pichets de vino tinto peleón que nos bailamos entre todos. Conocimos a Jorge el bilbaino y su novia Telia, residentes en Albacete, con los que nos volveríamos a ver durante los próximos días. El comedor, con chicos y chicas de muchas partes de la geografía española, franceses y alemanes parecía un mitín de las Naciones Unidas. Allí arriba, aislados del mundo "civilizado", la fraternidad entre la gente es muy grande. Hoy nos podíamos olvidar del apreciado Gin-Tonic por lo que pedimos más vino. Como todos los días, a las 22.00 pm todo el mundo estaba en la piltra. Con tanta gente en la sala con las ventanas cerradas hacía calor. Me había puesto los tapones en los oídos para no oír los ronquidos. Aproximadamente a las 3 de la mañana tuve que ir al servicio y bajé en pijama, con el polar, al servicio afuera. Hacía frío, alrededor de 0ºC, pero no lo percibía como tal. La bóveda celeste estaba limpia, llena de estrellas con una luna menguante impresionante. Mañana prometía hacer de nuevo buen tiempo.
DIA 3: ETAPA ARLET (Francia) - LESCUN (Francia) La etapa de hoy, de 19,5 km., no parecía difícil dado que no había mucha subida, en principio ibamos a bajar el desnivel ganado el día anterior, superando varias palas sin demasiados problemas. Incluso Mb & Vª, sin crampones, pisando las huellas de los que habían pasado con anterioridad en la nieve blanda, pasaban tranquilamente. Las dos eran buenas deportistas y andaban muy bien. Llegamos al portillo fronterizo de la Conarda donde nos encontramos con un pequeño monumento de cerámica en una roca que ponía: "LE CHEMIN DE LA LIBERTÉ" Le Chemin de la Liberté dans les Pyrénées n'est pas toujours facile pour ceux qui viennent d'ailleurs. Le "Passeur" réconforte son compagnon qui peine dans ces montagnes de la peur de de l'espérance... Enfin, voici la ligne des crétes, et, dans un dernier effort, voici l'Espagne... L'évadé et le passeur ont illustré et vécu la célèbre devise: "Pour la Patrie par la Montagne".
"LA SENDA DE LA LIBERTAD" La Senda de la Libertad en el Pirineo no siempre es fácil para aquellos que vienen de otros lugares. El "contrabandista" consuela a su compañero de miedo a la esperanza en éstas montañas... Finalmente, aquí en las crestas de la línea, y, en un último esfuerzo, aquí esta España... El fugitivo y el contrabandista han vivido e ilustrado el famoso lema: "Por la Patria por la Montaña". No pude evitar una pequeña emoción pensando en los miles de Aragoneses y refugiados del resto de España que han tenido que cruzar la frontera en éste punto durante los años más negros de la historia reciente de éste país. Un poco más adelante llegamos al punto desde el que teníamos a la vista el gran obstáculo del día, pasar por debajo del Pic de Burcq, donde se apreciaba la impresionante pala vertical con un glacial que había que atravesar. Con la información de los alemanes que habían pasado el día anterior por ese punto, decidimos, teniendo en cuenta que las chicas no llevaban crampones, de rodear este tramo desde el portillo por la parte de atrás convirtiéndose en bastante más distancia pero llegando al Puerto del Palo de modo seguro.
Jorge y Telia, que venían un poco detrás nuestro con unas chicas de Valencia, Madrid, Asturias y Santander decidieron seguir por el tramo ortodoxo y por la noche nos contaron en Lescun que al final se pasaba muy bien y que tenía mucho menos peligro que lo que en principio parecía. Durante este rodeo vimos una manada de trece sarrios saltando por el monte. El último tramo de la etapa de hoy concluía nuevamente por un precioso bosque. Un poco antes de llegar al camping, veía en el suelo la palabra "PAU" hecha con ramas, y allí apareció el novio de Maribel detrás de un arbol que nos estaba esperando. Tras habernos tomado la tradicional jarra de cerveza fresca nada mas llegar, nos duchamos en el edificio del camping Lauzart, bastante lujoso, y nos dimos un paseo hasta Lescun. ¡Qué bien se anda sin mochila! Nos sentamos en una terraza y Pedro empezó a hacer gestiones con la dueña del bar para asegurar nuestro Gin-Tonic por la noche. Nos dimos una vuelta por el pueblo y nos encontramos con Jorge y Telia, que querían comprar queso casero. Entramos en una tienda típica de las de antes, donde un anciano nos contaba como aprendió el castellano en el año 1933 y como el pueblo quitó el hambre a los cientos de refugiados que pasaron por allí durante la Guerra Civil. Cenamos todos en la misma mesa, esta vez embutidos de la zona con un paté que estaba buenísimo y después redondo de ternera y un buen postre. El vino fluía nuevamente en grandes cantidades, ¡había que recuperar líquidos! Una pena que para el Gin-Tonic no había tónica, nos dieron una lavativa que sabía a polvos químicos.
DIA 4: LESCUN (Francia) - LINZA Durante el día de hoy Valentina y Maribel no nos acompañarían; había que subir una pala fuerte a crampon, y decidieron hacer alguna excursión por la zona. Jorge y Telia salieron un poco antes que nosotros, tenían el ambicioso plan para hoy de hacer, además del recorrido de la Senda de Camille, el Petrechema y la Mesa de los Tres Reyes.
Empezamos nuestra marcha a la hora habitual, adentrándonos poco a poco en el valle que nos llevaría tras una fuerte trepada con crampones al pie del Petrechema. Antes de la subida, paramos a las 11.00 AM un buen rato en la cabaña D'Ansabére desde donde veíamos a nuestros amigos catalanes que se habían adelantado en coche y que habían subido hasta donde podían. A la izquierda
veíamos a Jorge y Telia, que intentaron escalar el Sobarcal y que se habían metido en un buen lío. Tuvieron que descender por una pala muy peligrosa, lo cual consiguieron y después se juntaron con nosotros en el puerto donde nos contaron sus aventuras. Se fueron hacia el Petrechema pero la Mesa de los Tres Reyes no fue viable para hacerlo ese día. Nos despedimos y nosotros continuamos por el barranco dirección Linza, con bastante nieve. Había que ir con mucha concentración pero había poco peligro. Pisando de nuevo tierra aragonesa continuamos por una zona de mucha vegetación hasta llegar al refugio de Linza.
Tras un buen rato de descanso, recuperando líquidos, Pedro y yo subimos por la tarde sin mochila por el Paso del Caballo dirigiéndonos al Paso del Oso. Con lo poco que habíamos comido ese día, unas barritas de cereales y unas avellanas en el refugio, acusé el esfuerzo y durante la subida me entró una pájara en toda regla. Tras unos minutos de descanso continuamos nuestro paseo y al volver tuvimos la suerte de ver un sarrio que nada más vernos se lanzó hacia abajo a toda velocidad. Antes de cenar se me acercó un sueco, que con su amigo y las dos mujeres me preguntaron cómo estaba la cosa para pasar por debajo del Petrechema, con crampones alquilados, sin experiencia y los cuatro con más de 60 años y las mujeres con miedo. Mi recomendación fue negativa, pero estaban empeñados en subir para ver si podían pasar o no. Cenamos otra vez con Jorge y Telia y los catalanes, hoy tocaba conejo asado. Después de cenar Pau nos invitó a un pedazo de Gin-Tonic. Fue la noche de despedida; Jorge y Telia habían terminado y los catalanes volvían a casa también. Pronto a la cama, mañana nos esperaba un día largo con la etapa Reina.
DIA 5: LINZA - GABARDITO Raúl ya conocía gran parte de éste tramo, con unos 7 km. sobre carretera asfaltada, por lo que decidimos optar por la ruta alternativa por el interior atravesando la Selva de Oza haciendo la primera variante hasta Oza de 15,3 km y la siguiente hasta Gabardito de unos 11 km. en un solo día, sin disponer del track del recorrido, por lo que había que estar muy pendiente de la ruta. Salimos a la hora habitual por el Paso del Caballo y después por el barranco de Gamueta. Tras cuatro kilómetros y medio, con unas indicaciones confusas, bajamos de repente unos 100 m. hasta que nos dimos cuenta de que nos habíamos equivocado. A lo hecho, pecho, así que de nuevo para arriba volviendo a la senda correcta. Tras una subida larga y prolongada, de repente el desnivel se incrementaba, y subimos por las rocas hasta alcanzar a los 9 km. el desnivel máximo del día de 2.000 m. siguiendo por los barrancos de Anzotiello y Acherito tras los cuales llegamos a una zona turística al final del Valle de Hecho donde bastante gente estaba pasando el día.
Seguíamos nuestra marcha al lado del río Aragón Subordán con unas vistas panorámicas preciosas sobre las montañas y sus boscosas laderas. De repente paraba un coche pitando que resultaron ser los Albaceteños que, habiendo terminado, estaban haciendo una excursión. Un poco después paramos por primera vez en toda la semana para almorzar en condiciones. Unas buenas jarras de cerveza helada y un plato de choricillo y otro de longaniza frita desaparecieron en el canto de un gallo. La señora del bar nos dio las explicaciones oportunas para continuar nuestro viaje, desaconsejándonos de pasar por el barranco del Jardin debido a la gran cantidad de agua. Fiel a nuestros principios aventureros desoímos este consejo y bajo el lema "a ver qué pasa" continuamos nuestro viaje por una senda estrecha y preciosa que subía y bajaba con mucha frecuencia llegando al gran obstáculo del día, el dichoso Barranco del Jardín.
Tras dar varias vueltas para buscar el punto idóneo para cruzar, nos lanzamos, no libre de riesgo de caer al agua, a una piedra grande en medio del río desde el cual pudimos alcanzar la orilla al otro lado. Seguimos andando hasta llegar al puente de Sil, donde empezamos el GR-65.3.3, una antigua calzada romana, en la que se empezaba a notar la subida de la temperatura, alcanzando fácilmente los 25º, que con el calor que generaba nuestro cuerpo en pleno ejercicio bien parecían 35º. Abandonado el GR, en un tramo de carretera asfaltada empezamos a ver los primeros letreros de "Gabardito" y un poco después el camino se adentraba en un bosque. Varios km. después empezaron los temidos últimos 3 km. con una subida de 500 m. hasta llegar al refugio. En éste punto me quedé atrás yendo a mi propio ritmo, acusando el esfuerzo de la larga etapa y los desniveles continuos del día.
Ver el panorama con el refugio a unos 200 m. fue como un triunfo, mañana nos quedaba la etapa más corta hasta Lizara de unas 4 horas. Tuve que usar el móvil de Pedro para poder hablar con casa, dado que mi compañía no tenía cobertura. Celebramos la última cena, ésta vez los tres solos. Un buen plato de arroz con gambas y unos filetes de lomo acompañados por una botella de buen Rioja y de postre una crema de queso con frutas silvestres que desaparecieron como nieve ante el sol. Hemos comido estupendamente esta semana, especialmente en Francia. Tras el ya clásico Gin-Tonic, ésta vez preparado profesionalmente, a la cama, hoy compartimos la habitación con dos chavalas guipuzcoanas.
DIA 6: GABARDITO - LIZARA
Pasamos éstos últimos kilómetros por el GR-11.1 que nos llevaba por el Barranco de Agüerri y el barranco de Plandariz del valle de Hecho hasta llegar al Barranco del Foratón, pasando por debajo del Bisaurín, que tenía todavía la pala de subida con nieve. Me daba pena no subirlo, había que sacrificarse ya que habíamos acordado de celebrar la buena llegada a Lizara. Llegados al refugio, un senderista nos sacó las fotos de rigor y nos aseamos y nos cambiamos de ropa, emprendiendo camino hacia Isaba, la capital del Valle de Roncal (NA) donde dimos una vuelta turística y habiendo ingerido un buen vermut nos dimos un homenaje bien merecido.
¡Lo que bien se empieza, bien se acabe! Ha sido una experiencia fantástica durante la cual hemos hecho buenas amistades. La gente de los refugios ha estado muy amable y profesional, con un trato muy cercano. No he echado de menos la televisión, teléfono móvil, periódico, WhatsApp, correo electrónico etc. en ningún momento, ¡qué felicidad! Para el que se anime a hacer la Senda de Camille nuestra máxima recomendación.
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